El hubiera no existe, decimos cuando queremos voltear la página del pasado. Pero si Eduardo Campos hubiera llegado a la presidencia de Brasil, hubiera sido muy bueno.
Aunque las encuestas lo situaban detrás de los candidatos punteros -la presidenta actual Dilma Roussef y Aecio Neves, candidato del Partido Socialdemócrata-, Campos llevaba una campaña con el estado de Pernambuco por delante, donde logró reducir la violencia de una manera asombrosa.
Gracias a su programa Pacto para la Vida, que privilegia la seguridad de los ciudadanos ante todas las cosas y pone el acento en la investigación policíaca en lugar de las razias tradicionales, los homicidios disminuyeron un cuarenta por ciento en seis años, y los robos cayeron una tercera parte.
Eduardo Campos perdió la vida en un avionazo, y Brasil perdió a uno de sus mejores hombres. Pero su legado sigue vivo, y el mejor homenaje a su memoria sería implementar su programa.
En este caso, el hubiera sí puede existir.