La mayoría de los ciudadanos, en casi todos los países, considera que el dinero proporciona poder. Y que el poder proporciona independencia. Eso explica la reacción de la International Bar Association (Asociación Internacional de Barras de Abogados), que hizo una declaración sobre la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Público de México, diciendo que una reducción de los salarios de los jueces federales implica un ataque directo a su independencia.
Esa declaración pesa, porque la Asociación tiene más de medio siglo de existencia, congrega a más de 190 colegios de abogados en aproximadamente 170 países y tiene una influencia apabullante en el mundo del derecho internacional. Más aún, cuando sus palabras tienen el tono admonitorio de la amenaza de desaparición de las facultades de un Poder de la Unión a manos de otro. Porque la Asociación, «…se encuentra profundamente preocupada de que la Ley pueda servir como un intento de ciertas fuerzas del nuevo Poder Legislativo para socavar la independencia del Poder Judicial en México, al tratar de reducir significativamente los salarios de los Ministros, Magistrados y Jueces federales“.
Sin embargo, para aplicar los principios y conceptos que se aducen, como la independencia de los poderes y los salarios de los ministros, habría que considerar también las condiciones y coyunturas de los países en los que operan. Y para ello bastan dos ejemplos.
En Estados Unidos, país que siempre se utiliza como ejemplo de democracia y división de poderes, recientemente llegó como Ministro de la Suprema Corte de Justicia Brett Kavanaugh, un personaje que fue acusado de abuso sexual por varias mujeres, pero que contó con el apoyo indiscutible del presidente Donald Trump y de la camada de republicanos en el Capitolio. En este contexto, si comparamos los salarios de los implicados, nos daríamos cuenta de que el salario en este caso no tiene nada que ver con la independencia de los poderes. De acuerdo a la información oficial, Kavanaugh tiene un salario anual de 220 mil dólares como Juez de la Corte, mientras que Trump no recibe un solo centavo, porque renunció a su salario oficial. Vive exclusivamente de sus ganancias como empresario. ¿Significa esto que Kavanaugh es autónomo del Ejecutivo porque tiene mayores percepciones? No. En lo absoluto. Más bien, Kavanaugh es un juez dependiente del Ejecutivo, que lo respaldó para que llegara a su cargo.
Y en México, ¿garantiza un ingreso abultado la independencia de los Ministros?
Pues tampoco, porque la independencia no se pierde con miles de pesos menos en las cuentas. Más bien, el caso habría que analizarlo a partir de la desigualdad social y las diferencias abismales de ingresos en nuestro país. En la Suprema Corte, contando todas las percepciones, los ministros llegan a percibir más de 600 mil pesos mensuales, mientras que los trabajadores de intendencia ganan sus 3 mil pesos mensuales de salario mínimo.
En esas condiciones, los ministros pueden sin ningún problema ajustarse el cinturón, sin abollar su independencia.