En su más reciente documental, Werner Herzog nos sumerge nuevamente en las profundidades oscuras de nuestro mundo. En esta ocasión, le tocó a la red virtual, Internet, el vehículo de comunicación más poderoso desde el modelo de Gutemberg.

¿Es Internet un nuevo villano -frío, descerebrado, implacable, letal- que terminará por despojarnos de nuestra humanidad? Para Herzog la respuesta es no. Y también sí. No, porque el Internet no es el mal. Y sí, porque es un instrumento usado por los humanos. Y los humanos pueden hacer el mal. Es como la electricidad. Un elemento neutro, que lo mismo puede matar que dar luz.

El documental se llama Lo and behold: reveries of the connected world. (Ver y contemplar: ensueños del mundo interconectado)

En uno de sus trailers promocionales, para subrayar que el documental es sobre el futuro de la tecnología, aparece una máquina lavadora que se enamora de un refrigerador y se niega a seguir lavando trastes. En otro, aparece un robot probando sus extremidades.

La película es una paradoja en sí misma: fue promovida y patrocinada por Netscout, una firma de soluciones virtuales para las empresas, y dirigida por Herzog, un genio del cine que se niega a usar celulares, Facebook y twitter.