Iowa no es un estado icónico de los Estados Unidos, pero en las últimas fechas ha estado en el imaginario político electoral de los aspirantes a la presidencia del Partido Demócrata. En esa entidad, situada al centro del país, han dado inicio las carreras por las candidaturas y las presidencias del país más poderoso del orbe. Además, es una potencia agrícola. Pocos lo saben, pero Iowa tiene el récord de productividad del maíz, ese grano que representa el alimento fundamental de los mexicanos. En Iowa se han logrado producir 28.5 kilos por hectárea, una cifra colosal si la comparamos con la productividad de 1 o 2 toneladas que alcanzan los campesinos pobres de México.
Ahora Iowa se ha convertido en bandera de los demócratas no solamente por su empuje en la producción agrícola, sino porque el estado ha sido víctima de las atrocidades que comete el cambio climático en la agricultura. Porque en efecto, el cambio climático ha sido inclemente al agitar los huracanes que azotan al Mar Caribe y las costas de Florida, así como con los incendios forestales en California, pero poco se sabe de las inundaciones y las pérdidas de cosechas que produce el calentamiento de la Tierra en el centro de Estados Unidos. El ciclo de sequías y las inundaciones ha azotado al granero de la nación norteamericana.
Por las granjas de Iowa, por eso, están desfilando los probables candidatos presidenciales de los demócratas. Ahí han estado Tim Ryan de Ohio, Beto O´Rourke de Texas, Amy Klobuchar de Minnesota, Elizabet Warren de Massachusetts y el antiguo vicepresidente Joe Biden. El cambio climático tiende a colocarse como un tema fundamental para las campañas, solo debajo de salud, pero encima de la emigración y la economía.
Ya era hora.
(Con información de The New York Times)