La medalla Belisario Domínguez que otorga el Senado tiene ya candidatos. Uno de ellos es Alejandro González Iñárritu, un mexicano genial que ha sido capaz de llevarse dos Óscares consecutivos -como premio al mejor director- a su casa. Sus películas fueron «Birdman» y «The revenant», que consagró además con un Óscar como mejor actor a Leonardo Di Caprio. El otro es Gonzalo Rivas, un nombre desconocido que tuvo el valor de meterse a una gasolinera en llamas y apagar el reguero de fuego que amenazaba con una explosión a gran escala, salvando la vida de todos los que se encontraban alrededor del incendio.
La postulación de González Iñárritu corrió a cargo de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica, y es la primera vez que esta agrupación postula a un candidato para dicha medalla. Y la postulación de Gonzalo Rivas la hizo el escritor recientemente fallecido Luis González de Alba, y ha sido respaldada por otros escritores y periodistas, como Héctor Aguilar Camín y José Cárdenas.
Gonzalo Rivas era un modesto ingeniero en sistemas computacionales que trabajaba en la gasolinera que fue incendiada. Su acción no tuvo más objetivo que salvar las vidas de los que estaban en riesgo. González Iñárritu es un personaje de fama mundial. Y en estas postulaciones hay un detalle incómodo: mientras otorgar el premio al cineasta contaría con la aprobación unánime de todos los mexicanos, premiar a Gonzalo Rivas sería visto por algunos como la criminalización de los maestros y estudiantes de Ayotzinapa, presuntos causantes del incendio de la gasolinera.
¿Qué resolverá el Senado? Seguramente los senadores, impávidos en sus puestos, no querrán meterse en problemas.