No cabe duda que en materia de memoria histórica, los pueblos parecen andar amnésicos. Así aparentemente lo confirman por lo menos tres de los países latinoamericanos donde ha regresado el triunfo para la derecha.

Pasó en Argentina cuando Mauricio Macri obtuvo el 51.42% de los votos en segunda vuelta, lo cual regresaría a aquella nación a las épocas de los gobiernos de Menem y de la Rúa, a quienes el pueblo argentino sacó del poder -en el colmo del hartazgo- bajo la consigna “que se vayan todos”. Por lo visto los argentinos olvidaron que Macri pertenece, con sus acusaciones de fraude a cuestas, a ese grupo corrupto al cual despidió.

Y así pasó -aunque de forma diferente- en Brasil. Ahí, con un golpe de mano muy bajo, el presidente interino Michel Temer, acusado también de todo tipo de corruptelas, logró defenestrar a la presidenta Dilma Rousseff, con la ayuda de la desmemoria –o con los intereses por delante- de los supuestos representantes del pueblo en el Congreso brasileño.

De la misma manera, se disputan por lo pronto el triunfo en El Perú (como nombran a su patria sus ciudadanos), muy ajustadamente, dos contendientes de derecha: Pedro Pablo Kuczynski y Keiko Fujimori. Esta última fracasó en las elecciones anteriores al ser vencida por el presidente ahora saliente Ollanta Humala, quien tiene en la sonoridad de su nombre una de sus mayores virtudes.

Keiko Fujimori (imposible olvidar a la orca en cautiverio al evocar su nombre) puede perder, pero al haber llegado tan cerca de la presidencia de su país, hace pensar en la escasa memoria del pueblo peruano. Para refrescarla, los ciudadanos pudieron haber leído el último libro del admirado escritor Mario Vargas Llosa, Cinco esquinas, donde el autor recuerda, con gran humor, la clase de escándalos que hubo en el período presidencial del padre de la candidata, hoy en prisión, que incluyeron asesinatos y, por supuesto, corrupción. Pero la memoria es corta y por lo visto, el olvido muy rápido, pues al votar por Keiko la población peruana parece no recordar todo lo vivido durante el gobierno de su padre. Es posible que veamos en breve a los peruanos quejarse como lo hacen ya argentinos y brasileños.

Hoy en día en América Latina importan los votos. Pero al ir a votar, la memoria es lo de menos.