En Liberia el pánico por el Ébola ya tiene un aliado: la pobreza de los habitantes y la violencia resultante. Hace unas horas un grupo armado irrumpió en un centro hospitalario de Monrovia, la capital del país, y provocó la huida de los pacientes infectados. El grupo robó del lugar colchones y sábanas, levantando voces de alarma por el temor de un contagio mayor. Monrovia tiene una población de un millón de habitantes, la mayoría de ellos en condiciones de miseria. Desde la guerra civil de finales del siglo pasado, los jóvenes de los barrios más pobres de la ciudad se quedaron con armas, y se sospecha que el asalto haya sido una represalia de los habitantes de las colonias aledañas porque en su clínica se estaban tratando enfermos de otras localidades. El temor al Ébola tiene al continente paralizado. En Kenya, situada en otro extremo de África, las autoridades prohibieron los vuelos de la región occidental del continente por el temor al contagio. Los vuelos de Liberia, Guinea y Sierra Leona han sido suspendidos. En Liberia van 400 decesos por el Ébola, y el resto del mundo duda de la capacidad del país para detener el contagio.