Si no es la salida del túnel, es el principio del fin. La pandemia del coronavirus ha sido un laberinto sin salidas que se vean a corto plazo. Y no solo se trataba de proteger a la gente más allá del confinamiento en sus propias casas, sino también de conservar a la vacuna en condiciones aptas para su eficacia. Pero por fin el Estado anunció una salida rápida y eficaz. “Fue una negociación de la Cancillería para que, por la cadena de ultracongelación de menos de 70 grados, esa cadena de custodia la tenga Pfizer todo el tiempo hasta el punto de vacunación. Y el sector salud está en posibilidad ahí de darle el manejo”, reveló la subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Martha Delgado.

Las autoridades mexicanas habían mostrado sus reservas con la vacuna estadounidense por las dificultades logísticas que presentaba, principalmente por la temperatura de mantenimiento, pero la semana pasada anunciaron un acuerdo para la adquisición de 34.4 millones de dosis de esta fórmula.

La vacuna se aplicará en México a finales de diciembre, una vez que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) lo autorice, como ya lo han hecho las autoridades sanitarias de Reino Unido. Muy probablemente, también, lo harán las de Estados Unidos la próxima semana.

El primer lote, de 250,000 dosis, “irá llegando desde el mes de diciembre”, aclaró Delgado, y se aplicará en principio a 250,000 personas del sector salud, tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). La segunda dosis para estos primeros vacunados -la fórmula de Pfizer consta de dos aplicaciones- llegará “tres semanas después”.