Bulgaria es, en el marco de la Unión Europea, en país más atrasado de todos. Y el más pobre, también. La cuarta parte de una población -un poco mayor a los 7 millones de habitantes-,  vive  bajo el nivel de la pobreza. La economía no crece a la par que las de los vecinos. Y el flujo de inversión extranjera ha disminuido considerablemente en los últimos meses.

Los doctos analistas de la economía de la región atribuyen el atraso generalizado a los vestigios del régimen comunista, la lenta privatización de la agricultura y las empresas, y el actual acercamiento político con las ambiciones de Vladimir Putin. Todos los indicadores clásicos ubican a Bulgaria como un país muy inferior a los desarrollados. Pero hay un detalle que escapa de esta visión sesgada: en Bulgaria, las mujeres representan un altísimo porcentaje de la fuerza de trabajo en las empresas de computación y alta tecnología. De hecho, ese porcentaje -el 26.5%- es mayor al porcentaje de mujeres que laboran en ese ramo, tanto en la Unión Europea -que tiene un promedio de 17.2%-, como en Estados Unidos, que tiene un promedio del 26.0%.

Es más, Bulgaria es uno de los tres países de la Unión Europea que tienen más mujeres que hombres trabajando en los campos de la ciencia y la ingeniería: en este país, el 54% de los científicos e ingenieros son mujeres.

¿A qué obedece esa mayor igualdad? Dicen las mujeres trabajadoras, inclusive las jóvenes, que el régimen comunista no era tan malo en ese aspecto. La ley no hacía diferencias entre el trabajo de los hombres y el de las mujeres. Todos tenían que trabajar, y todos ganaban igual si desempeñaban el mismo trabajo. Por eso, además, el grado de participación de las mujeres que ingresan a las carreras de alta tecnología es también superior al de los demás países de la Unión Europea.

Es mucho lo que le deben las mujeres trabajadoras al régimen comunista. Y no solo Bulgaria. En China, después del rescate forzoso que impuso el gobierno de Mao para todas las mujeres que no salían de sus casas, ahora se encuentran en los principales cargos empresariales. En las elevadas torres de Shanghai, las mujeres dominan los oficios del dinero. Son más que los hombres. Mujeres empresarias, gracias a las reformas del comunismo.