La legalización de la mariguana en Canadá y Estados Unidos está creando un nuevo y prometedor mercado para el futuro próximo del capitalismo mundial. Ya se habla de millones de clientes, miles de millones de dólares, pequeños y medianos empresarios y nuevas firmas trasnacionales. En las calles de San Francisco, la ciudad que fue la cuna de la cultura hippie de los años sesentas del siglo pasado, el olor de la mariguana va en descenso. Pero no porque no se consuma. La razón es que la tecnología usada con la cannabis ha suplantado a los antiguos cigarrillos de mota; ahora se inhala con cigarros electrónicos y su uso se ha montado en la industria y el creciente mercado de los vaporizadores. Al inhalar la mariguana con un vaporizador, un procedimiento libre de combustión, se evitan los daños que se producen al fumar tabaco -como la irritación de la garganta, el cáncer y la gastritis- y los efectos letárgicos que se buscan son mayores. Hay también una nueva mercadotecnia sobre el producto, que afirma que la mariguana es el mejor remedio para el insomnio y la ansiedad.

En Estados Unidos, donde 8 estados y el Distrito de Columbia han legalizado el uso recreativo de la mariguana y otros 29 estados han aprobado su uso medicinal, la clientela ha aprendido que la mariguana no solo viene en cigarrillos de confección casera. Ahora se come en galletas y pasteles, se bebe con todo tipo de refrescos, se mastica en chicles, se chupa en pastillas o se coloca en gotas bajo la lengua, para provocar un efecto inmediato y sin llamar mucho la atención de la concurrencia. Es una industria en expansión, que actualmente de empleo a 121 mil trabajadores. Según las proyecciones mercadológicas más recientes, los consumidores de la mariguana legal gastarán más de 10 mil millones de dólares a lo largo del presente año.

En Canadá el furor parece mucho mayor. Con una población 10 veces menor a la de Estados Unidos, los empresarios canadienses se aprestan a construir conglomerados de mariguana capaces de competir en otras naciones. El presidente Justin Trudeau anunció que el uso recreativo de la mariguana se extendería a toda la nación el próximo 17 de octubre, y muchos empresarios están organizando la producción con miras a inundar el mercado interno y empezar a exportar. Así, los antiguos almacenes de productos de envase, como Nestlé, se están remodelando para almacenar los nuevos productos que contienen mariguana. Sin que el producto terminado exista aún en el mercado, se han invertido millones de dólares canadienses en su cultivo, y sus activos se están valuando aceleradamente en la bolsa de valores. Algunos gobiernos provinciales predicen que los ingresos fiscales de la venta de marihuana ayudarán a equilibrar sus presupuestos. Además, las compañías que ofrecen todo tipo de servicios o productos —desde bienes raíces hasta embalaje— también quieren formar parte del fenómeno.

Si: la fiebre del oro de California ha vuelto por sus fueros. Y no solo en California.