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México débil contra Trump

La marcha convocada por diversas organizaciones contra Donald Trump el domingo 12 de febrero no tuvo la fuerza que se esperaba. No fue multitudinaria, y en el campo de las manifestaciones los números hablan. El músculo son las decenas o centenas de miles que asisten. Y en ésta, según las autoridades, solo participaron 20 mil inconformes.
Fue una marcha multicolor, con participantes de clase media en su mayoría, niños y ancianos, lemas de todo tipo, carteles en inglés y en español, vírgenes de Guadalupe, policías desorientados porque nadie los provocaba, volantes con citas literarias de Carlos Fuentes, taquitos al pastor a mitad de la marcha. Casi la mitad de los marchistas fueron a gritar ¡Fuera Peña! Y la otra mitad de los antipeñistas sabotearon la asistencia a la marcha porque los convocantes no eran de su agrado.
La prensa internacional no le dio a la marcha la más mínima mención. Y aunque hubo manifestaciones contra Trump en otras ciudades de la República -la más masiva en Guadalajara, el movimiento estuvo muy por debajo de lo que Trump representa no solo para México, sino para el resto del mundo en general. Suena paradójico que otros países se hayan pronunciado por defender a México antes de que los mexicanos lo hicieran.
Aunque en términos generales las manifestaciones no cambian el estado de cosas que quieren cambiar, son una expresión masiva del apoyo de ciertas causas o el repudio de muchas políticas. Y en ese sentido, lo que ha hecho México en relación al ascenso de Donald Trump es prácticamente nada.
Ayer en la marcha no hubo oradores, se cantó el himno a destiempo, nadie habló de cómo enfrentar a un poder semejante al nazismo, pero armado con bombas atómicas. Los partidos políticos, tan proclives a los descuartizamientos entre ellos, ahora callan.
Mientras tanto, a la misma hora, Dondal Trump dijo que todos los que está deportando son criminales.

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