Nueva York tiene un nuevo récord: 10 días consecutivos sin un solo homicidio. Eso, que parece algo normal para cualquier ciudad desarrollada, es un logro que parecía increíble en una urbe donde sus ciudadanos vivían con miedo hace 30 años.
En 1990, un año antes del atentado de las Torres Gemelas, Nueva York era una capital del crimen, con 2,245 asesinatos al año. Y eso que el alcalde Rudolph Giuliani había logrado un abatimiento del crimen con el fortalecimiento de la policía en las calles.
En años recientes los homicidios en Nueva York han retrocedido. En 2012 fueron 414 y en 2014 bajaron a 328. Sigue siendo una cifra de casi un homiciio diario, pero para una urbe colosal de 8 millones de habitantes es un número bajo. Si se compara con los suicidios, que fueron 475, el número es aún más relevante.
La clave del éxito reside en la eficacia de los cuerpos policíacos y el apoyo social a la erradicación de la violencia.