Qatar es una nación árabe que, como en muchas otras, los derechos humanos no se respetan. Sin embargo, independientemente de las características de su gobierno, tiene el derecho a participar en el concierto de las naciones como cualquier otra. Por eso compitió y ganó el ser la sede del Mundial de Futbol de este año. Pero eso no implica el cambio milagroso hacia una nación con pleno respeto a los derechos humanos.
Cientos de miles de trabajadores inmigrantes en Qatar no han recibido una indemnización económica ni ninguna otra reparación adecuada por los graves abusos laborales que sufrieron durante la construcción y el mantenimiento de la infraestructura para la Copa Mundial de la FIFA, que comienza el próximo mes de noviembre.
El pasado 19 de mayo, Human Rights Watch, Amnistía Internacional, FairSquare y una coalición mundial de grupos de defensa de los derechos de los inmigrantes, sindicatos, aficionados al fútbol internacional, supervivientes de abusos y grupos empresariales, afirmaron que la Fédération Internationale de Football Association (FIFA) y el gobierno de Qatar deben ofrecer una reparación por los graves abusos que han sufrido los trabajadores inmigrantes desde el 2010, fecha en que se adjudicó la Copa Mundial de 2022 a Qatar. Estos abusos incluyen miles de muertes y lesiones sin explicación, el robo de salarios y tarifas de contratación exorbitantes. Human Rights Watch ha lanzado una campaña mundial para respaldar este llamamiento de la coalición. Amnistía Internacional publicará un informe en el que expone cómo la FIFA y Qatar pueden poner remedio a 12 años de abusos. Dinamarca portará un uniforme sin marcas ni alusiones de ningún tipo, como protesta por jugar en un territorio donde los derechos humanos no se respetan.
“Las muertes de trabajadores inmigrantes en Qatar representan un enorme coste emocional y financiero para sus familias”, señaló Human Rights Watch. “En consonancia con los compromisos de la FIFA en materia de derechos humanos y las obligaciones de Qatar, es necesario que proporcione una indemnización económica a los trabajadores inmigrantes perjudicados por la construcción de la Copa Mundial, a fin de ofrecer un cierto respiro económico a las familias en apuros”.
Antes de patear el balón en la mitad de la cancha, en la construcción de los estadios para el Mundial los derechos humanos fueron pateados muchas veces.