La salida del Reino Unido de la Unión Europea sigue levantando marea. Ya nadie quiere gobernar ese país. El actual primer ministro, David Cameron, anunció su renuncia después del triunfo del Brexit, y ahora Nigel Farage, el líder derechista que impulsó con su organización -el Partido Independentista- la salida del Reino Unido, acaba de renunciar para no suceder jamás a Cameron.
Pero eso no es todo. En Escocia las fuerzas independentistas -que perdieron su propio referéndum para salir del Reino Unido hace dos años- ahora han vuelto a la carga porque dicen que quieren seguir siendo parte de la Unión Europea, ya que Inglaterra ha votado por salirse. Nicola Sturgeon, la actual primer ministra, está arengando a su gente para organizar un segundo referéndum para decidir si se quedan o se salen del Reino Unido. Hay que recordar que Escocia votó por 62% contra 38% la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea.
Y por supuesto hay quien utiliza su fama para hacer política. J.K. Rowling, la escritora escocesa que inventó a Harry Potter, está agitando su varita mágica para convencer a sus lectores y a todo aquel que quiera ser convencido, de que la independencia de Escocia ahora está más cerca que nunca.
El tema no parece sencillo, porque Escocia es el reino más rico del Reino Unido -por sus yacimientos de petróleo-, y porque el principal mercado escocés es el de Inglaterra, y no sus vecinos europeos de tierra firme.
Lo único cierto de todo esto es que David Cameron pasará a la historia como un político británico que, buscando su propia popularidad, perdió el referéndum del siglo y creó un vacío político que ya nadie quiere llenar.