Existe una infinidad de juegos para que los niños puedan sentirse héroes. O villanos, según el caso. Los disfraces de Batman, el Hombre Araña y Superman han definido toda una época. Con ellos los niños penetran en un mundo imaginario en el que los poderes de volar, salvar muchachas y gente en peligro, correr a velocidades inauditas y golpear a sus enemigos para ponerlos fuera de combate, se convierten en realidades indiscutibles por el peso abrumador de los sueños. Ser un personaje con superpoderes es una realidad al alcance para todos.
Sin embargo, esta tendencia de vivir la realidad como si fuera una ficción puede llegar a ser peligrosa. Han habido una gran cantidad de casos en los que los niños aspiran a tener la mayoría de edad -sobre todo en Estados Unidos- para ejercer su derecho a comprar armas y después usarlas, no siempre de cacería. En las primeras 22 semanas de este año de 2022, en Estados Unidos ya se han visto al menos 243 tiroteos masivos.
En México no estamos exentos de esa plaga. Ayer en la noche un joven armado ingresó y detonó en varias ocasiones un arma en la sala 9 de Cinépolis en la Plaza Las Américas de Boca del Río, en Veracruz, provocando pánico entre los asistentes. Afortunadamente, no se reportaron personas lesionadas.
Varios elementos de seguridad arribaron al complejo comercial y lograron detener a Alan Joan N, de 19 años, quien ingresó al lugar en el que se proyectaba el estreno de la película Avatar, de James Cameron, portando un casco y una pistola. El joven disparó al aire, sin que se reportara ninguna víctima. Algunos testigos mencionaron que el atacante fue contenido por los asistentes dentro de la sala, lo que permitió que fuera aprehendido con el arma asegurada.
Al lugar acudieron elementos de la Policía Municipal, Estatal, la Marina y la Fuerza Civil, quienes se encontraban en las inmediaciones de la plaza comercial por el operativo implementado por temporada navideña.
El joven será puesto a disposición de las autoridades para definir su situación jurídica.
Sus padres, quienes deberían cargar con buena parte de la culpa de los hechos, no han sido llamados para rendir cuentas.