El Sistema Nacional Anticorrupción de México llevó a cabo un ejercicio de consulta ciudadana para recabar información con el fin de presentar al nuevo gobierno una Política Nacional Anticorrupción. Para ello, tanto la Secretaría Ejecutiva del Sistema como el Comité de Participación Ciudadana desarrollaron una encuesta en línea para conocer lo que piensan los ciudadanos sobre el origen, las características y las posibles soluciones a la corrupción; convocaron a un consejo consultivo para analizar el tema, y realizaron ocho foros regionales para conocer las condiciones específicas de la corrupción en diferentes lugares de la República.
Los resultados fueron muchos y muy variados, pero en esencia tanto la población como los especialistas coincidieron en que la mejor manera de combatir a la corrupción es acabando con la impunidad.
No se descubrió el hilo negro del tema, porque parece un asunto de sentido común. Si la falta se queda sin castigo, lo más probable es que la falta se repita. Y en ese sentido, varios estudios señalan que más del 90% de los delitos en México se quedan sin castigo, y las faltas de corrupción quedan también en la impunidad.
México es el tercer país más impune del planeta.
La impunidad impera cuando no existe un pleno Estado de Derecho, cuando las leyes no se cumplen, y cuando la policía, el ministerio público y los jueces no constituyen una autoridad que se respeta.
Es una hidra de muchas cabezas.