Todo es negocio. Aquí no importan la salud ni los efectos secundarios. Primero fue el tabaco, que tuvo su auge durante los siglos XIX y XX, y ahora se fortalece el siglo de la mariguana. La British American Tobacco, que fundó su imperio cuando empezó a consumirse el tabaco, adquirirá una participación de casi el 20 por ciento de Organigram, una subsidiaria de la canadiense Organigram Holdings Inc., que se dedica a la investigación y desarrollo de productos de cannabis. La operación tendrá un valor de 175 millones de dólares.
La cannabis se adapta naturalmente a las empresas tabacaleras, ya que éstas saben cómo operar en un entorno regulado, tienen experiencia en el cultivo y pueden ayudar a los agricultores a pasar del tabaco al cannabis,
Muchos dicen que después de la normalización de la mariguana, lo que sigue es la amapola.