Oribe Peralta, uno de los mejores goleadores de México, fue víctima de una extorsión. Nada nuevo en México. Resulta que dos mujeres lo amenazaron con publicar fotografías comprometedoras si no les proporcionaba 500 mil pesos a cambio de su silencio.
El delantero del América las denunció, y mediante un operativo que aparentemente demuestra su culpabilidad la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal las detuvo y las envió al penal de Santa Martha Acatitla.
La noticia tiene hasta ahora un final relativamente feliz, porque Oribe tuvo el coraje de denunciar la extorsión y la policía actuó de inmediato. Sin embargo, pone de manifiesto uno de los grandes problemas de la seguridad nacional, y también uno de los más extendidos. Hay una red gigantesca de extorsionadores que se refugia, inclusive, en los propios penales.
Es un buen momento para sacar algunas lecciones. La extorsión ha crecido porque no se denuncia. Hay que seguir el ejemplo de Oribe. Y en segundo lugar, la policía tiene que ser igual de efectiva cuando el denunciante no sea un goleador reconocido por todo el país.
Ya existe un nuevo número para denunciar extorsiones: el 5533-5533.