En el pueblo de Guaca, en la costa norte de Venezuela, un pescador vio un destello de luz en la arena de la playa. Era un medallón de oro con la imagen de la Virgen María.
Guaca fue hace muchos años el centro de la industria de pescado en Venezuela, y después de mucho tiempo de vivir en la penuria, el hallazgo fue visto como un milagro. Algunos de los 2 mil habitantes del pueblo miserable que ahora queda se fueron a dormir a la playa, y en su búsqueda encontraron cientos de piezas de joyas de oro y plata, adornos y pepitas de oro dispersas en la arena. Un pescador llegó a vender el anillo de oro encontrado en 1,500 dólares.
Nadie sabe cómo llegaron las piezas del tesoro hasta la playa. Lo más probable es que sean restos de los barcos atacados por los antiguos bucaneros que merodeaban por el Caribe.
«Esto es obra de Dios», dicen algunos, y muchos duermen en la arena y defienden sus escasos metros cuadrados de territorio en espera de llegue el próximo milagro.