El hecho de que Joe Biden sea un presidente católico no es un asunto menor. Es el segundo en la historia del país  -el primero fue John F. Kennedy, quien terminó su mandato de manera trágica.

Ahora Biden interrumpe una cadena en la que los presidentes se identificaban con las posturas evangélicas derechistas, cuyo último representante fue Donald Trump. Biden llega con un mensaje de inclusión a todos, de amor hacia los desprotegidos, de defensa de los marginados y de apoyo para los que menos tienen.

En su primer día en el cargo, Biden regresó a Estados Unidos al Acuerdo de París -el más acabado pacto internacional para evitar el calentamiento global-; puso fin a la prohibición del ingreso a Estados Unidos para personas provenientes de países musulmanes y africanos, y detuvo la construcción del muro fronterizo con México. Su mensaje fue un llamado para acabar con la discriminación, la supremacía de los poderosos y el racismo que empapa todos los rincones del país.

Es un presidente que asiste constantemente a misa. (ver fotografía)

Su política busca cambiar a Estados Unidos.

…y al mundo.