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Cien años de soledad en Netflix

Los Cien años de soledad lograron romper los 52 años de espera. Eso fue lo que se proyectó en la imaginación de los cinéfilos amantes de Gabriel García Márquez cuando en días pasados la firma Netflix anunció que había adquirido los derechos para convertir la novela más popular del Premio Nobel en una serie televisiva al estilo de «Breaking Bad». Parece mentira, porque el escritor se negó en vida a convertir su ficción en película, porque siempre quiso salvaguardar las imágenes de sus personajes en la imaginación de sus lectores. Úrsula Inguarán, decía, es una imagen prístina que sale de la novela y se aloja en la cabeza del lector, y si esa imagen pasa a la pantalla hay algo que se pervierte.

García Márquez murió en 2014, y a cuatro años de su deceso sus hijos serán los productores ejecutivos de Cien años de soledad. Dicen que la atmósfera mítica de la novela se mantendrá al ser grabada en Colombia y en Aracataca, el pequeño pueblo a las orillas de una confluencia de ríos que sirvió de inspiración para que García Márquez le diera vida a Macondo. Fue un momento fundacional, porque con Cien años de soledad nació el realismo mágico, y la literatura de todo el mundo volteó a ver la América Latina con nuevos ojos. La novela se tradujo a 46 idiomas y ha vendido, hasta la fecha, más de 50 millones de ejemplares.

Francisco Ramos, vicepresidente del idioma español de Netflix, declaró que «la empresa tiene el honor de manejar los derechos de la primera adaptación cinematográfica de una novela icónica, y estamos entusiasmados de compartirla con el mundo entero.»

En Aracataca,sin embargo, no están de fiesta. Algunos de sus pobladores tienen la impresión de que el escritor los abandonó en vida. Se fue para no volver, y solo les dejó una vieja estación de telégrafos -donde trabajaba su padre- que convirtieron en museo. Y hace algunos años, cuando las autoridades del municipio trataron de borrar el nombre de Aracataca para convertirlo en Macondo, la gente se negó a través de un referéndum. En la realidad, la soledad del pueblo tiene más de cien años.

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