La conquista del espacio, ese sueño acariciado por el escritor Julio Verne en sus novelas, ha vuelto en estos días para llenar el trabajo de los científicos que laboran en el Centro Espacial Kennedy de Florida. En ese marco, un nuevo e imponente cohete de la NASA se elevó al espacio por primera vez en la madrugada del pasado miércoles, iluminando el cielo nocturno y proyectando un viaje que llevará una cápsula sin astronautas alrededor de la Luna y de vuelta.
Como bien se sabe, la distancia de la Tierra a la Luna le sirvió a Verne para darle cauce a su prolífica imaginación, y al mismo tiempo presentar con ironía las aspiraciones humanas de trascender sus límites.
En su novela titulada De la Tierra a la Luna, tres estadounidenses y un francés son lanzados a nuestro satélite con un cañón espacial, pero al fallar en su trayectoria los viajeros nunca llegan a pisar la Luna, sino que vuelan alrededor de ella y luego regresan a la Tierra para planear nuevos viajes al espacio.
Ahora la NASA ha iniciado una nueva era de exploración lunar, que pretende develar los misterios que existen en el fondo de los cráteres de las regiones polares, probar las nuevas tecnologías para los soñados viajes a Marte, y estimular a la empresa a perseguir nuevas fronteras empresariales más allá del sistema solar.
La NASA ha gastado más de 40.000 millones de dólares hasta la fecha para poner en marcha su nuevo programa, llamado Artemis. El gasto ilustra cómo el programa espacial sigue pareciéndose a la forma en que el Pentágono construye portaaviones y cazas para la guerra: es caro y lento, pero principalmente controlado por el gobierno federal porque todavía no existe un mercado comercial para los tipos de grandes cohetes y transportes del espacio que la NASA considera necesarios para su programa de exploración lunar.
“Todos formamos parte de algo increíblemente especial”, dijo Charlie Blackwell-Thompson, la directora del lanzamiento, a su equipo. “El primer lanzamiento de Artemis es el primer paso para devolver a nuestro país a la Luna y a Marte”.
Un proyecto muy ambicioso, sin duda.