A pesar de las negativas de Donald Trump de reconocer el peligro del cambio climático, los científicos tienen pruebas de que la Tierra se está calentando en grados superlativos. El pasado miércoles se difundió un estudio que afirma que los tres últimos años han sido los más calientes de la historia. El calentamiento va en ascenso. El año pasado fue el peor. Y el 2015 fue más caliente que 2014.
El estudio señala que el fenómeno natural llamado El Niño incrementó el calentamiento los dos últimos años, ya que el Océano Pacífico liberó una enorme masa de energía y vapor de agua hacia la atmósfera. Pero el principal factor que aumentó los grados de temperatura terrestre fue la emisión de gases de efecto invernadero, encabezados por el dióxido de carbono.
El calentamiento afectó principalmente varias zonas del Ártico, donde las temperaturas se elevaron encima de 1°C. Parece poco, pero es todo un récord. Las comunidades de la región se ven afectadas por el crecimiento de las mareas y la rápida erosión de las costas. Los osos polares tienen que emigrar ante el derretimiento de los hielos que les servían como plataforma para cazar a sus presas.
Y no solo las zonas polares sufren con el calentamiento inclemente. En varios países de África -hogar de los más pobres entre los pobres-, las sequías y las hambrunas en ascenso son el flagelo de las comunidades. Y en la ciudad de Phalodi, al noroeste de India, la población tuvo que sufrir más de 50 grados de calor en el mes de mayo.
En Nueva York, cuna de Trump, la temperatura del año pasado fue 1.2 grados superior a lo normal. Pero esto no le importa al futuro presidente. A su juicio, el cambio climático es un invento de los chinos para reducir la productividad de Estados Unidos. Por eso buscará -según proclama- echar abajo todas las medidas de combate al cambio climático impulsadas por su antecesor Barack Obama.
La ignorancia siempre rinde nuevos frutos.
(Fotografía de The New York Times)