En Estados Unidos el tema de la libre posesión de armas no se agota. Es un derecho irrenunciable, dice la Constitución. Es la única forma de defenderse en una sociedad sin límites, dicen las asociaciones de vecinos. Es mi verdadera protección, dicen los individuos. Es un tema de discusión estéril, dicen en el Capitolio. Es una fuente de ingresos segura, dicen Walmart y la Asociación del Rifle.
En lugar de que las evidencias de matanzas indiscriminadas reduzcan el deseo de vender y adquirir armas, el efecto ha sido exactamente el contrario. Los ciudadanos piensan que el remedio contra el terrorismo y la locura es armarse todavía más. Eso explica la euforia de las ventas de armamentos el pasado Black Friday, donde las cifras alcanzaron nuevos récords. Ese día el FBI recibió 203,086 solicitudes de antecedentes penales de los compradores por parte de las tiendas, lo cual superó la cantidad del año pasado, que fue de 185,713 solicitudes. Y eso no habla de la cantidad de armas vendidas, ya que detrás de cada solicitud un cliente puede comprar desde una sola pistola hasta un arsenal entero. ¿Y las ventas? Shhh. Eso debe permanecer en la penumbra, para proteger a los compradores y a los vendedores.
Ante el espectáculo de una sociedad que sufre matanzas periódicas y cada día pone un grano de arena para renovarlas, la policía de New Heaven, en el estado de Connecticut, ha elaborado un plan para tratar de reducir el número de armas que se encuentran en las calles y en las casas. Apoyándose en una iniciativa de una organización llamada Newton Foundation, creada a raíz de la masacre de 20 pequeños de un jardín de niños, ha llamado a la población a entregar sus armas a cambio de dinero. Todo se realizará en el más absoluto de los anonimatos. El que así lo desee, podrá dejar sus armas en la estación de policía, recibirá su dinero y asunto arreglado.
Cada ciudadano que ingrese en el programa recibirá 25 dólares por una pequeña pistola Derringer calibre 22 o 38; 50 dólares por cada rifle; 100 dólares por los revólveres, y hasta 200 dólares por los rifles de asalto, que son los más cotizados. El dinero recolectado se utilizará para comprar herramientas de labranza que servirán para que los niños en las escuelas aprendan a cultivar varios productos.
El plan lleva ya varios años, y se renueva en épocas navideñas.
Pero la corriente opuesta también tiene su fuerza. Para nadie es una sorpresa que muchos árboles navideños amanecerán con todo tipo da armas a sus pies, como regalos.