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Del púlpito a la curul

Desde la época de Benito Juárez, la separación del Estado y la iglesia es uno de los preceptos más reconocidos en México. Los sacerdotes no pueden utilizar su influencia para favorecer a ningún partido político o a ningún candidato. Mucho menos pueden aparecer como candidatos de ningún partido. Por eso uno de los hombres más polémicos del país, el obispo emérito de Ecatepec Onésimo Cepeda, está analizando la posibilidad de contender por una diputación en el distrito 21 del Estado de México.

Su nominación sería por el partido Fuerza por México, y se registraría como diputado plurinominal para el congreso del Estado de México, lo cual sería inconstitucional de acuerdo a muchos especialistas. Sin embargo, y siguiendo las ondulaciones de su carácter, al obispo emérito no le interesa lo que diga la ley.

En una conferencia de prensa, realizada con todos los reflectores posibles en un hotel de la Ciudad de México, Cepeda lleno de improperios a todos los políticos y dijo que espera no robar. No dijo que no robará. Dijo que espera no robar.

«¿Ustedes se preguntarán que por qué acepto yo ser candidato? La primera porque quiero a México; y la fundamental porque estoy harto de tanto pendejo que gobierna y que se sienta en curules por todos lados. Yo creo que México merece algo mejor. Desgraciadamente todos son ratas y todos roban algo, yo espero no robar nada»

Puntualizó que las últimas platicas que tuvo con el ex presidente Peña Nieto fueron solamente para hablar de golf.

 

 

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