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Disidentes y sin patria

Por órdenes del presidente Daniel Ortega, nuevo dictador de Nicaragua. más de 300 ciudadanos perdieron la nacionalidad nicaragüense y se encuentran deambulando por el mundo sin tener un lugar oficial de nacimiento. Se trata de una nueva barbaridad, provocada por un digno sucesor del tirano Anastasio Somoza.

Los ciudadanos a los que el gobierno de Nicaragua les retiró la nacionalidad, entre los que se encuentran los escritores Sergio Ramírez y Gioconda Belli (en la fotografía), han sido declarados “prófugos de la Justicia”, y les serán confiscados todos sus bienes y sociedades, que pasarán a estar en manos del Estado.

En la lista también se encuentran el director del diario Confidencial, Carlos Fernando Chamorro; el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez; la presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, Vilma Núñez; la exguerrillera Mónica Baltodano y el exministro de Relaciones Exteriores Norman Caldera.

Sin embargo, en este episodio de la historia universal de la infamia también ha quedado claro que el mundo no puede aceptar más los atropellos de los dictadores. Por eso los gobiernos de Chile y Argentina dijeron estar dispuestos a dar la nacionalidad a los opositores nicaragüenses que quedaron apátridas por ordenes del nuevo tirano. «El gobierno de Chile abrirá los medios legales necesarios para ofrecerles la debida protección internacional que les permita residir en el país y obtener la nacionalidad chilena, según las normas constitucionales y legales que la regulan”, indicó en un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile.

Asimismo, la cancillería recordó que la historia de ese país enseña “que la defensa de la democracia y los derechos humanos y la solidaridad internacional entre los pueblos trascienden las coyunturas políticas y forman parte de estándares civilizatorios esenciales para la vida en sociedad”.

El retiro de la nacionalidad de estos ciudadanos tiene lugar después de que Nicaragua deportó a Estados Unidos a 222 presos, a quien también dejó apátridas, elevando a 316 los nicaragüenses que han perdido su ciudadanía.

Ante esto, ayer el gobierno argentino también se mostró dispuesto a otorgar la ciudadanía a los disidentes. «Por supuesto que está la posibilidad de darle la ciudadanía argentina a Sergio Ramírez y a todos los que están padeciendo lo que está sucediendo en Nicaragua. Si la pide, se la damos”, dijo el ministro de Exteriores argentino, Santiago Cafiero, en una entrevista radiofónica.

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