Para los jóvenes, los conciertos son los espacios de diversión donde confluyen varios atractivos: ahí están los amigos, los novios y las novias, el trago -a veces la mota y otros enervantes- la música desaforada, la posibilidad de gritar sin que nadie los calle. Son un escape, una puerta a la libertad sin más límites que la euforia del compañero que está a mi lado.
Por eso, para salir definitivamente de los encierros de la pandemia, los conciertos son la puerta que se encuentra más a la mano.
No importa que los boletos sean más caros, se ha confirmado que el público paga lo que sea con tal de divertirse.
Live Nation Entertainment, una empresa que se ha convertido en una de las principales promotoras de espectáculos en Estados Unidos, reveló en un informe financiero que en el primer trimestre del 2022 tuvo un rendimiento que superó todas las expectativas, ya que registró ganancias por más 1.8 mil millones de dólares.
Como socio mayoritario de OCESA en México, Live Nation declaró que la división de conciertos en este país tuvo ingresos de 1.2 millones de dólares, un aumento cinco veces mayor que el del año anterior.
Aún no aparecen los registros del incremento de contagios de COVID-19 después de los conciertos.
Pero ya vienen los conciertos de Axl Colt, Omega, Rosalía, Luis Pesceti, Bad Bunny y Ringo Starr.