No es una serie de enfrentamientos comparables a los que suceden en Ucrania, pero se acercan. En el poblado de San José de Gracia, en Michoacán (en la fotografía) un grupo de sicarios sacó de una casa a 17 personas que se encontraban en un velorio y las asesinó en la calle. Fueron puestas contra una pared, con las manos en las nucas, como si se tratara de un fusilamiento.
Los cuerpos fueron retirados inmediatamente. Para no dejar rastro de la masacre.
Lo más común es culpar de los sucesos a las rivalidades entre las bandas de narcotraficantes. Pero la verdadera víctima de todo esto es la población civil. En un perímetro determinado por la guerra entre las bandas, la población ya no puede transitar libremente. Y si lo hace a la hora del fuego cruzado, es muy fácil perder la vida.
Se trata de un estado determinado, en un municipio determinado, en un poblado determinado. Pero todo eso está en el interior de la República Mexicana. Y mientras eso no termine, si cualquier periodista extranjero observa los hechos, puede decir con toda claridad: México está en guerra.