El cambio climático, como bien se sabe, es un fenómeno mundial. Todo el mundo contribuye a emitir a la atmósfera gases de efecto invernadero, y con ello a calentar la Tierra. Por eso los esfuerzos para combatir el cambio climático se han multiplicado y se han sofisticado.
Suiza, una de las naciones más ricas del mundo, tiene un objetivo climático ambicioso: promete reducir a la mitad sus emisiones de gases de efecto invernadero para 2030.
Pero los suizos no pretenden reducir tanto las emisiones dentro de sus propias fronteras, sino que el país europeo está recurriendo a sus cuantiosas arcas para pagarles a naciones más pobres, como Ghana o Dominica, con el fin de que reduzcan sus emisiones. Y además, por supuesto, que le den a Suiza el crédito.
Un ejemplo de cómo funciona es el siguiente: Suiza está pagando para instalar iluminación eficiente y estufas más ecológicas en 5 millones de hogares en Ghana; estas instalaciones ayudarán a los hogares a dejar de quemar leña para cocinar y a frenar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Según los críticos, si otras naciones siguen el ejemplo de Suiza, se podría retrasar la acción climática en los países más ricos del mundo mientras que el trabajo se concentraría en reducir las emisiones en los países pobres.
En la fotografía: quema de carbón en Santo Domingo. Periódico ElDinero.