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El secuestro del auditorio

El auditorio más grande de la Universidad Nacional se ha convertido en un gueto. Un espacio disputado por varios grupos violentos. Fundado originalmente como Justo Sierra, y rebautizado como Ernesto Che Guevara durante el Movimiento del 68, fue el lugar donde se realizaron las asambleas estudiantiles más grandes en demanda de la democracia.

Desde hace 15 años se encuentra en manos de grupos violentos. Ahí se alojan grupos de inquilinos que no pagan renta, se han establecido taquerías y cocinas, es un expendio de cerveza y alcohol, se imparten clases de baile, se vende droga, hacen fiestas clandestinas, se trafica con objetos robados y se ejerce la prostitución. Es también un refugio para ladrones de toda índole.

Anteriormente se utilizaba para muestras de cine, conciertos, conferencias y asambleas universitarias. En el año 2000, luego de la huelga general y el ingreso de la Policía Federal Preventiva a la universidad, grupos del Consejo General de Huelga recuperaron el auditorio y lo reivindicaron como uno de los símbolos del paro y despojo más grande que ha tenido la UNAM.

A partir de ese momento, se convirtió en botín de diferentes grupos. Ahí se alojaron un par de jóvenes acusados de terrorismo y de un atentado a Banamex. En la actualidad, lo disputan violentamente los grupos anarquistas y el llamado «Comité Cerezo».

Las autoridades han tratado de recuperar el espacio desde 2009, pero no han podido. Han recurrido al intento de diálogo, sin resultado alguno. A estas alturas, ante la flagrancia del delito, urge tomar otro tipo de medidas.

 

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