
Todos los analistas coinciden en que la productividad en que la baja productividad en el campo es un obstáculo para el desarrollo. Y del campo come la población. Considerando la productividad del maíz -que es el alimento más importante para los mexicanos- la productividad promedio no es más que 3 toneladas por hectárea, con algunas salvedades en los estados del norte. En Estados Unidos, en cambio, la productividad alcanza las 10 toneladas por hectárea en promedio. En total, Estados Unidos produce la enorme cantidad de 200 millones de toneladas anuales.
En México, un ingeniero llamado Eduardo León inventó un sistema muy sencillo que permite incrementar la productividad de manera sorprendente. Consiste en utilizar bolsas de plástico para sembrar en ellas los cultivos, y con ello mantener la humedad que necesitan las semillas y las plantas. Al fondo de la bolsa, un pequeño orificio permite la salida del agua excedente.
En el caso del maíz, la productividad se incrementa en promedio tres veces. En una bolsa de plástico se siembra una semilla de maíz, y en cuatro meses la planta ya tiene la mazorca. Eso arroja una productividad de tres mazorcas por año, y si se hace a gran escala la productividad del maíz en el país se multiplica en la misma medida. México podría producir, en todo el territorio donde se aplique este sistema, entre 9 y 10 toneladas por hectárea.
Lo maravilloso, además, es que este sencillo sistema puede aplicarse en casi todos los cultivos. A excepción de los árboles frutales, la productividad puede multiplicarse con el chile, frijol, cebada y muchos más.
Sería la solución para acabar con el hambre en México y en el mundo.