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Mérida a la cabeza

Mérida dio un paso firme en la protección al planeta. Ahora pertenece a la agenda Internacional para la lucha contra el Cambio Climático. Es una de las dos ciudades de México que, con el apoyo del Instituto de Recursos Mundial y la Embajada Británica, firmó un documento que permitirá aplicar códigos de conservación de energía en las edificaciones que se realicen en su territorio. La otra ciudad es Guadalajara.

El alcalde de Mérida, Mauricio Vila, afirmó que con la asesoría de este organismo no gubernamental de investigación, Mérida podrá contribuir para alcanzar las metas nacionales contempladas en la Ley General de Cambio Climático, como la reducción del 30% de las emisiones de carbono al 2020 y la reducción del 50% de las emisiones al 2050, en relación a las emitidas al año 2000.

También desglosó las acciones y líneas de trabajo transversales  que el Ayuntamiento de Mérida ha realizado desde el inicio de su administración para fortalecer la sustentabilidad en materia de seguridad alimentaria, redensificación urbana, la generación de energía limpia, la movilidad sustentable, las estrategias municipales ante el cambio climático, el fomento de áreas verdes, el manejo integral de residuos, la educación ambiental y el ecoturismo.

Anjoum Noorani, primer secretario de Programas de la Embajada Británica manifestó su satisfacción por la adhesión de Mérida a este proyecto, y destacó la colaboración de los tres órdenes de gobierno y las organizaciones mundiales para el combate al cambio climático. «Tenemos mucho que aprender de la experiencia de las únicas dos ciudades mexicanas que comparten esta visión global a favor del medio ambiente -señaló-, que son Mérida y Guadalajara.  Ambas ciudades son pioneras en México, y nos causa satisfacción la disposición de sus autoridades para implementar acciones contra las emisiones de carbono. Hoy las edificaciones demandan un alto porcentaje de la electricidad total generada en el país, y tienen un tiempo de vida útil de aproximadamente 50 años; por lo tanto, reducir la intensidad de consumo y construir edificaciones que empleen la energía de manera eficiente tendrá impactos positivos en la economía, el medio ambiente y la calidad de vida de sus habitantes.»

A su vez, Adriana Lobo, directora ejecutiva del Instituto de Recursos Mundial, destacó que Mérida y Guadalajara poseen un gran liderazgo ambiental por las políticas públicas implementadas en torno a la lucha contra el cambio climático.

En el caso de Mérida, destacó la creación de la Unidad de Desarrollo Sustentable, la elaboración de un inventario de arbolado urbano y los esfuerzos normativos en torno a la sustentabilidad. Además, resaltó el esfuerzo del Ayuntamiento de Mérida para la presentación de un Inventario Municipal de Gases Invernadero, lo cual dijo, representa un buen avance para lograr una ciudad sustentable.

Agregó que la firma de la carta de intención permitirá implementar el Código de Conservación de Energía para las Edificaciones, el cual es un modelo normativo que regula los requisitos mínimos para el uso eficiente de la energía en las edificaciones, tanto residenciales como no residenciales.

En el acto también participó Otón de Buen, director general de la Comisión Nacional para Uso Eficiente de la Energía, quien manifestó las ventajas de armonizar las normativas municipales del reglamento de construcciones para alcanzar las metas previstas por el gobierno federal hacia una economía baja en carbonos. «El documento que ha firmado Mérida es relevante -dijo- porque materializa el esfuerzo del proyecto apoyado por el gobierno británico en dos ciudades emblemáticas -como Guadalajara y Mérida- para reducir su huella de carbono. Sin duda, esto tendrá un impacto favorable para que más ciudades se sumen a esta iniciativa».

El esfuerzo es encomiable. Son dos ciudades. Las dos, muy importantes. Pero pocas. Apenas dos.

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