En Indonesia, donde los incendios forestales están acabando con el hábitat natural de los orangutanes, hay un orfanato para los pequeños críos donde aprenden a sobrevivir sin sus padres.
El año pasado fue catastrófico para los ecosistemas de Indonesia, especialmente en las provincias de Sumatra y Borneo. Hubo incendios en más 10 mil millas cuadradas, que representaron pérdidas económicas por 16 mil millones de dólares.
El gobierno ha sido en buena parte culpable de la destrucción. Al fomentar los negocios de las compañías que explotan el aceite de palma, ha colaborado con la deforestación y el fuego provocado por la apertura a los cultivos. En la última década, el gobierno autorizó la explotación de 15 millones de acres para el aceite de palma, lo cual favoreció las quemas y la emisión de enormes cantidades de bióxido de carbono, uno de los principales gases de efecto invernadero.
El albergue para pequeños orangutanes está en Borneo, y ha tenido que atender la reubicación de un centenar de orangutanes. De ellos, 20 fugitivos de los fuegos son bebés de algunos meses, que tienen que aprender a sobrevivir sin sus padres. En el albergue, los voluntarios les enseñan a trepar a los árboles, divisar frutos comestibles, hacer nidos con hojas entra las ramas y evitar las serpientes, antes de ser liberados a la selva como jóvenes y adultos.