Al final del maratón Guadalupe-Reyes viene la cruda. Todos los bebedores la conocen. Es un estado de humildad insoslayable, decía un poeta. Y es también un sentimiento de impotencia que orilla al sueño o a la repetición de los excesos.
Los médicos tienen distintos diagnósticos para este estado, que se expresan en enfermedades que requieren ser tratadas adecuadamente. Una de ellas es la depresión, que se caracteriza por la pérdida de concentración y falta de energía e interés por realizar las actividades cotidianas. El doctor Guillermo Peñaloza Solano, de los Servicios de Atención Psiquiátrica de la Secretaría de Salud, afirma que otros síntomas asociados a esta enfermedad son la necesidad de consumir más comida de lo habitual, en especial carbohidratos, así como aumento de sueño. Resaltó que en algunos casos puede haber una correlación con el trastorno afectivo bipolar, debido a que durante la temporada decembrina personas con esta enfermedad son más propensas a tener depresiones, fobias sociales y específicas, así como ansiedad generalizada.
Agregó que existen problemas de conducta alimentaria afines con esta patología, como la bulimia y los atracones de comida en estos días.
De manera paralela, existe un trastorno que engloba problemas de alcoholismo y de conducta alimentaria, ya que se ingiere alcohol sin acompañarlo de alimentos para evitar consumir calorías de más. Por lo regular se presenta en jóvenes de entre 17 y 24 años de edad, con mayor prevalencia en mujeres. La psicóloga de la Clínica de Obesidad del Hospital General de México, Tania Villa, sostuvo que el principal factor de riesgo para presentar este trastorno es la búsqueda de pertenencia y la definición de la identidad, además de la presión social que sienten para adquirir una figura que consideran ideal y se asemeja a las de las mujeres que aparecen en televisión. Por esta causa, las jóvenes restringen el consumo de alimentos y calorías. La especialista subrayó que en México el consumo de alcohol es explosivo en estas fechas.
“Mientras menos alimentos hay en el estómago, es más fácil que se produzcan afectaciones. Las bebidas alcohólicas provocan daños más tempranos hasta en el 60 por ciento del organismo de las mujeres que en el de los hombres, principalmente en hígado y corazón, y al dejar de consumir alimentos, la lesión se potencia”, añadió. Este padecimiento se puede prevenir al evitar que los más pequeños prueben bebidas alcohólicas con permiso de los padres, y que esas bebidas estén a su alcance en todas las convivencias familiares o de socialización.
Finalmente, Tania Villa dijo que los trastornos pueden prevenirse con el cambio en los estilos de vida. Por ejemplo la práctica del ejercicio, un mayor consumo de agua, una alimentación regulada y sobre todo tener actividades sanas.
(Con información de la Secretaría de Salud)