La Ballena Franca del Atlántico Norte es un cetáceo bonachón, de movimientos lentos y cadenciosos, amigable con los barcos que se le acercan pero, claro, en presencia de peligro, la hembra es invariablemente una madre protectora con sus críos. Es una especie colosal como cualquier ballena, llega a medir más de 20 metros y pesa entre 40 y 70 toneladas. Produce enormes cantidades de aceite de ballena, y por eso era el mamífero favorito para los pescadores vascos desde hace varios siglos. Fueron ellos, entre muchos otros verdugos, quienes redujeron su cuantiosa población a lo que ahora se trata de proteger, poco menos de 400 ejemplares.
Para cuidar esta especie en peligro de extinción, lo primero que hay que hacer es facilitar su reproducción. Este animal tiene costumbres amorosas de acuerdo a su tamaño gigantesco. El macho canta para llamar a la hembra, y tiene un vozarrón grave que se escucha bajo el mar a cientos de kilómetros de distancia. Por ello, una de las medidas que se han tomado para facilitar su reproducción es alejar las embarcaciones de sus rutas de nado -para evitar los ruidos que interfieren con sus llamados al amor- que van desde la península de Labrador en Canadá hasta La Florida en Estados Unidos, pasando por las costas de Maine y Georgia.
Otra de las causas que producen la reducción en el número de ballenas francas es la ingesta de basura arrojada a los océanos, y las dificultades de nado rápido de las hembras cuando van preñadas. Por eso, siguiendo ciertas costumbres contemporáneas de la especie humana, las ballenas prefieren nadar hacia los mares del norte sin el cargamento de los hijos. Así avanzan mucho más rápido, y se sienten dueñas de sus destinos. Pero por ese camino van directo hacia su extinción como especie. Por eso los científicos del mundo están buscando nuevos anzuelos para atraer a las hembras hacia la unión con los machos, y así reproducirse sin demoras y conservar su lugar como especies imponentes en este mundo. Nadie sabe si la mano del hombre, en este caso, pueda actuar como cupido.