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El cine es música

En una entrevista reciente, Alfonso Cuarón dijo con toda seguridad que el cine es un arte parecido a la música. Y eso se entiende al ver Roma, una película que ha sido comparada con las grandes obras del arte en México, como los murales de Siqueiros, Rivera y Orozco, o Piedra del Sol de Octavio Paz. La película es un flujo de belleza, que entra por los ojos pero atiende más al estado de ánimo que nos penetra con la música. El alma cambia, más allá del entendimiento.

En este punto, con toda humildad, Cuarón habla de la incertidumbre que le provocó el filmar esta cinta. Al iniciarla, lo único que tenía era un guión. Y más que un guión como tal, eran recuerdos de su infancia. No había una historia con un inicio bien definido, un desarrollo dramático, varias inflexiones para mantener al rojo vivo la atención del espectador y un final feliz o trágico. Todo era el flujo deshilvanado de su memoria. No una historia para contar.

«Bueno -dice Cuarón con su nueva soltura- en principio yo diría que hay una concepción errónea alrededor del cine. Siempre se dice que nace a partir de la narrativa o del teatro, como si en el fondo sus principales puntos de contacto fueran con la literatura. Pero, a mi manera de ver, el cine tiene mucho más que ver con la música. Es un arte que fluye en el tiempo desarrollando temas. Y contrapuntos.»

En esta pieza musical interviene gente verdadera. La secuencia de los recuerdos debe tener el mayor grado de autenticidad. «El reparto debía ser idéntico física y emocionalmente a la gente original, vestidos de la misma manera. Los médicos y las enfermeras eran interpretados por médicos y enfermeras reales, y así hicimos también con las recepcionistas, los policías… todo, pues. Apenas surgieron los paradigmas de lo que estábamos creando, nos impusimos seguirlos hasta el final. Así la hicimos.»

Roma ha sido un punto de inflexión en la historia del cine mexicano y también en Hollywood. Pero una de las ideas más temerosas de Cuarón ha cobrado cuerpo en la realidad.  “Mira -le dijo Alfonso Cuarón a su hermano Carlos- por cómo la quiero hacer, no sé qué forma va a tener esto. Es muy personal, muy específica, y al mismo tiempo trato de volcar muchas cosas. Por eso no sé si esto le va a interesar a alguien”.

En México la película creó un gran malestar por no haber estado en las salas de cine comercial. Y en Los Ángeles, la exhibición duró apenas dos semanas.

 

 

 

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