A Gracia han llegado más de un millón de refugiados en los últimos 12 meses. En un país donde la población es de 10.8 millones de habitantes, la carga es insoportable. Y no se trata de un país rico, ni una economía en bonanza. Se trata de un país en el que la crisis financiera ha golpeado duramente a las familias, 300 mil de las cuales viven bajo el umbral de la pobreza.

Esas familias no tienen electricidad, porque el gobierno la ha cortado. A eso se suman los dos millones de griegos que han quedado fuera del sistema de salud, debido a que al perder el empleo se pierden también los seguros de salud. El desempleo afecta a más de la cuarta parte de la población. En esas condiciones, la tasa de suicidio ha aumentado un 35% desde 2011, el año en el que empezó la austeridad.

Así, la carga de una población de un millón de refugiados de guerra, básicamente sirios, se vuelve insoportable.