Las drogas son letales. A su alrededor hay mafias de narcotraficantes, enfrentamientos donde mueren inocentes y sicarios, muertes por ingestas en exceso.

Pero hay también otro tipo de amenazas de muerte, menos frecuentes, que se relacionan con las drogas, la violencia que producen y la política. Por ejemplo, la declaración del candidato presidencial de Filipinas, que sostiene que si sabe que su hijo está metido en las drogas, simplemente lo mataría.

¿Mataría a su propio hijo? Pues sí, porque su animadversión a los narcóticos es superior al sentimiento filial. En este caso, claro. El personaje se llama Roberto Duterte, tiene 71 años, y actualmente es el alcalde de la ciudad de Davao, en una de las islas más al sur de Filipinas.

Duterte ha sido un alcalde que ha gobernado con mano de hierro su ciudad, y ha ganado mala fama por permitir los lances de escuadrones de la muerte contra bandidos y homosexuales. Pero eso no le quita popularidad. Actualmente es el líder de las encuestas para las elecciones presidenciales del próxima 9 de mayo.