Saudi Airlines acaba de imponer un nuevo reglamento para sus pasajeros. Todo aquél que se suba a sus aviones debe evitar los atuendos que provoquen molestia entre los demás clientes. ¿Y qué vestimenta es la que molesta? La nueva norma dice que las mujeres no deben exponer sus brazos o sus piernas, deben evitar la ropa transparente y también la que se ajuste notoriamente a sus piernas, su cintura o cualquier otra parte del cuerpo. Los hombres, por su parte, no pueden exhibir sus piernas al desnudo. Nada de shorts, bermudas ni nada que se les parezca.
La prohibición no es nueva. Más bien, es histórica. Es parte de las restricciones impuestas -sobre todo a las mujeres- en la liturgia sunita del islam. Lo novedoso es que ahora la línea aérea de Arabia Saudita, uno de los países más ricos por su fuerza petrolera, imponga sus costumbres a todos los pasajeros. Arabia Saudita vive también del turismo. Su desierto es arquetípico, con puestas de sol donde las arenas elaboran articulados espejismos. Sus ruinas son milenarias, con fortalezas antiquísimas. Las ciudades de Medina y La Meca son los santuarios más importantes del culto al profeta Mahoma. Su comida es exquisita. Sus restaurantes donde se come carne de cordero, verduras, berenjenas, cebollas y pepinos tienen el sabor cautivante del mundo árabe. Por eso las medidas impuestas por la aerolínea no han sido bien vistas por los hoteleros.
Pero donde gobierna El Corán los fieles callan. Las mujeres, apenas parpadean. Las peregrinaciones se suceden. Los muecines llaman a la oración desde los minaretes. Y los turistas tendrán que pasar sus vacaciones acalorados por la ropa.