El Estado de Derecho es una burla cuando las fuerzas de seguridad se convierten en delincuentes. Y eso en México se considera una costumbre histórica, porque la policía ha estado en muchas ocasiones al servicio del crimen organizado o en complicidad con pillos de menor rango. Por eso la gente no denuncia. ¿Cómo denunciar a los delincuentes ante autoridades que son sus cómplices?
Pero el robo no se limita a las mordidas que se otorgan para evitar que se lleven a los vehículos al corralón. Los robos se suceden a todos los niveles, y se ha demostrado que los mandos de la Policía Federal desviaron recursos que eran para el pago de gasolina, alimentos, hospedaje y viáticos de los policías, y que terminaron en los bolsillos de los altos mandos. Ya hay ex secretarios de la Policía Federal que son perseguidos por el desvío de 2,500 millones de pesos, y se presume que los desvíos entre 2013 y 2017 fueron más de 24 mil millones de pesos.
Por falta de pagos, muchos policías fueron desalojados en su momento de varios hoteles. Es una vergüenza doble.