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El calvario de los niños

Para los niños que cruzaron la frontera con Estados Unidos ilegalmente y que fueron separados de sus padres el calvario no tiene fin. Algunos han sido guardados en refugios diseminados a lo largo de la frontera, otros han compartido su suerte con los niños que cruzaron la frontera solos y también fueron detenidos.

Las crónicas periodísticas hablan de pasajes que no se habían repetido desde los años del fascismo europeo. Básicamente, los atroces episodios de los campos de concentración. Existen diferencias notables en todo esto, por supuesto, pero la privación de la libertad sin haber cometido delito alguno y el pisoteo de los derechos humanos es algo que no puede pasar inadvertido. The New York Times habla de 13 mil niños migrantes detenidos -la cifra más alta de todos los tiempos- y cuenta anécdotas crueles. Una de ellas dice que muchos de los que se encontraban en diversos refugios a lo largo del territorio nacional -desde Kansas hasta Nueva York- fueron despertados a mitad de la noche y obligados a subir en autobuses con mochilas y refrigerios para un viaje muy largo, hasta llegar a un campo de carpas en el desierto de Tornillo, Texas, a 50 kilómetros de El Paso, su nuevo hogar. La mayoría de los niños ahí reunidos tienen entre 12 y 17 años. Ahí estarán en grupos de veinte en cada carpa, separados por géneros y esparcidos en literas alineadas. El campamento fue concebido para albergar a 400 niños. Hasta este momento, han llegado 1,600 y se esperan más. ¿Y por qué salen de sus antiguos albergues de noche, y no saben hacia donde se dirigen? Ah, pues para evitar fugas.

“Es común usar refugios de distintos tamaños como se hacía en las bases militares en el pasado, y la intención es usar estas instalaciones temporales solo durante el tiempo que sean necesarias”, dijo Evelyn Stauffer, una vocera del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos. Añadió que la necesidad de esta ciudad de carpas reflejaba problemas graves en el sistema migratorio. “La cantidad de familias y de niños migrantes sin compañía detenidos es un síntoma de un problema más grande, es decir de un sistema migratorio que no funciona”, dijo Stauffer.

Pues en eso existe una amplia coincidencia: el sistema no funciona. Mientras tanto, que paguen los niños.

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