La semana pasada las autoridades de Estados Unidos anunciaron la captura de un grupo de traficantes de niñas y jóvenes que las enviaban de México a Estados Unidos. El Procurador de Manhattan dio los nombres de los detenidos: los hermanos Alan Romero Granados y Raúl Romero Granados; los hermanos Pedro Rojas Romero y Emilio Rojas Romero; Efraín Granados Corona -tal vez un primo de los primeros-, e Isaac Lomelí Rivera. Otro miembro de estas distinguidas familias, Juan Romero Granados, se dio a la fuga.

El grupo de traficantes engañaba a las jóvenes mexicanas con promesas de mejor vida, las mantenía secuestradas en cuartos donde aprendían a ser violadas a golpes, las ponía a trabajar en La Merced o las exportaba a Estados Unidos. Las que trabajaban en La Merced eran obligadas a tener entre 20 y 40 clientes al día, y entregaban todo el dinero obtenido al grupo. Las que se exportaban a Estados Unidos a través de mafias fronterizas eran carne vendida en dólares a las empresas de prostitución de Nueva York, Virginia, Connecticut, Nueva Jersey, Delaware y Maryland.

El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Manhattan afirma que cada año Estados Unidos recibe entre 15 y 17 mil mujeres que llegan ilegalmente de otros países para ser alquiladas o vendidas en el libre mercado sexual. En la patria de Abraham Lincoln.

(Con información de Time)